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CARTAS DE LUCIA A VENTURA

Florida, 24 de noviembre en 1959

Sr. Ventura Luis

 

Mi amado:

Te saludo en nombre del Señor, deseo cuando recibas ésta te encuentres en perfecta salud. Yo bien, gracias a Dios.

Ayer recibí tu carta; llegué aquí y pensaba que no tenía correspondencia tuya, pero cuando Cira llegó de Camagüey recibí gran sorpresa.

Mi vida, sinceramente te digo que si no te mandé la dirección no era porque yo quería pagarte con lo mismo, fue porque se me olvidó, y después que eché la carta me di cuenta que no te la había mandado.

¡Ay! Si supieras los deseos que tengo de verte... (De tanto tiempo guardada, a la carta está rota, le falta un pedacito)

…hablaremos si Dios quiere, pero yo creo que en el cumpleaños del apóstol no podemos hablar, porque no sé si nos dejarán, como es en La Playa, a menos que tú le pidas un permiso especial al apóstol. Bueno, esperemos todo esto con paciencia.

Si supieras como me reí ayer cuando encontré la carta de mi mamá en la tuya; yo creo que son pocas las veces que ellos te nombra en las cartas, y tocó la casualidad de que mamá me habla en esa carta más de ti que de otra cosa. Me reí mucho con el sueño de ella; ella casi no sabe escribir, pues fue dos meses a la escuela nada más, así es que imagínate. Papá sí sabe bien. María hace días que no me escribe. Esa carta de mi mamá fue que la mandó a Pinar cuando yo estaba en ésa.

Viejo, dile a Loyito que no te mortifique más, dile que yo soy incapaz de ofenderme contigo, pues nunca me has dado motivo para ello. Si te tengo a dieta no es por mi voluntad, porque si de mí fuera estuviera escribiendo todo el día para ti, pero es que no puede ser, porque ahora esta carta va para Pinar, demora días para llegar a tus manos, y luego sucede lo mismo con las que tú me envías. Me dices que te envíe la dirección de Isabel; puedes escribirle a aquí, a Florida, porque ella viene a la reunión de ungidos.

Me dices que leíste la carta de mi mamá; tú sabes que yo por eso no me pongo brava, pues tú sabes que mis cosas son tus cosas ¿no es verdad? Aunque todavía no hemos sido unidos en el matrimonio, yo me siento unida a ti, porque el amor es tan grande por ti que me parece que ya tú eres mío y yo soy tuya. Esto te lo digo con toda la sinceridad de mi corazón.

Tú me dices que cuando uno está en una reunión no se puede concentrar, pero a mí no me sucede eso. Fíjate que ahorita estaban haciendo un cuento de una mujer y yo no lo oí, porque cuando yo te escribo me parece que estoy hablando contigo y nadie me puede interrumpir mi conversación.

Dice Ángel que te perdona, pero que tú has sido un poco falso con él, porque no le has escrito (él te saluda).

Óyeme, mamá sueña que yo me voy a ir para el extranjero, porque ella siempre está pensando en eso; ella es medio parecida a Fina, tu mamá tampoco quiere que tú vayas al extranjero, pero eso no importa.

Óyeme, mi amor, aquí está Florentino mortificándome, casi no me deja escribir, así es que me perdonas la letra. Orestes Castillo parece que está bravo contigo, porque no te quiere escribir. Puede ser que después te escriba; hace rato que está aquí con una toronja, pelándola, y me ha mojado la carta con el jugo de ella, así es que esos borrones los hizo él. Me puse a escribir aquí en la mesa de la cocina y tú sabes cómo son las gentes.

Bueno, ni querer, te digo ahora que te quiero más cada día, que te amo con todas las fuerzas de mi corazón y que deseo estar contigo, pero no solamente por un rato, sino por siempre. Son tantas las cosas que quiero decir que el tiempo me falta, porque tengo que salir para la calle, y Orestes me está apurando. Me puedes escribir aquí mismo. Yo tengo que volver aquí otra vez a la reunión de ungidos.

Estoy muy apenada contigo porque esta carta está tan mala, llena de borrones y faltas, pero yo creo que tú sepas perdonarme esta vez. No te escribo en papel de rayas porque la bodega estaba cerrada.

Saluda a todos los hermanos en esa, a Pepe, Jorge, Benigno, Laudoína, María, y si alguien más está con ustedes. Dile a Pepe que me escriba, y tú recibe el fiel cariño de tu novia que te quiere y desea estar contigo, tuya,

Lucía Gonzáles

 

Notas: Saludos para Loyola. Ventura, ahora estoy aquí en casa de Leonides Prieto poniendo la dirección. Mi amor, este sobre me lo dio Leonides. Cuando vayas a tu casa de dices a Fina que me escriba, que hace tiempo no sé de ellos. Ora por mí, lo necesito. Quiero enviarte una postal de felicitación, pero ahora no, será en la próxima si Dios quiere y quisiera también felicitar a tu familia. Sin más por el momento, tú querer,

Lucía

 

Digo eso eres tú para mí, ni querer, pero no sé si para ti será lo mismo. Adiós, mi amor. Cira te saluda y también Leonides.